CONAMU
Historia del Consejo Nacional de Mujeres del Uruguay

Esclavitud y abnegación signaron el destino de la mujer en nuestro pasado.

Las obras filantrópicas pueden considerarse como un primer intento -no deliberado- de destinar fuera del hogar, unas horas de atención en ayudas solidarias a los más necesitados.

El primer Asilo de Caridad, creado por Francisco Antonio Maciel -en 1775- contó con valerosas y abnegadas mujeres que desempeñaron el papel de enfermeras.

Situación menos sacrificada configuró la aceptación de mujeres como espectadoras y actrices en la Casa de la Comedia, luego nuestro teatro de San Felipe, en 1794. Rosalía Velazco, llamada”La Tuerta” por tener un ojo de vidrio, y una cantante, “La Paca”, junto a cinco actores, constituyeron el primer elenco al que más tarde se incorporó Petronilla Serrano de Quijano.

Isidoro de María, historiador y periodista nacido en 1815, testigo de muchos acontecimientos de nuestra historia, pues falleció en 1906, se refiere a las limitaciones impuestas a las jóvenes en sus paseos callejeros:

“Dios nos libre de que las mamás dejasen ir solas a las muchachas a misa. Iban con ellas y por detrás marchaba la criada con la consabida alfombra a cuál más lujosa porque este artículo brillaba por su ausencia en el pavimento de las iglesias.”

No obstante en las clases más humildes, con menos cuidados, aparecían los niños ilegítimos que se dejaban en las puertas de familias acomodadas.

Se recuerdan casos de heroísmo en las luchas por la independencia y seguramente los nombres de muchas, mujeres quedaron en el anonimato por no estar ligadas a los prohombres de la Revolución.

Mencionamos a Ana Monterroso de Lavalleja, esposa del Jefe de los “33 Orientales” y Bernardina Fragoso de Rivera, esposa del primer Presidente de la República, conspirando ambas en distintos acontecimientos para colaborar con sus esposos. Doña Bernardina fundó en Montevideo, en 1843, en los años trágicos de la Guerra Grande, la Sociedad Filantrópica de Damas Orientales, cuyos estatutos son considerados como un antecedente del feminismo desde que en ellos se establece que “toda medida de beneficencia pública entre en su objeto, pero su especial atención se dirigirá al bello sexo”.

Las obras filantrópicas continuaron en el presente siglo y responden a organizaciones con propósitos concretos, que cumplen con solvencia digna de encomio, los motivos que determinaron su formación. Muchas de ellas se federaron, en su oportunidad, en el CONSEJO NACIONAL DE MUJERES, en su primera etapa, como Patronato del Institutito de Ciegos, Pro-Matre, Liga nacional contra el Alcoholismo, Estudiantil Femenina, Asociación de Maestros José Pedro Varela, Liga Uruguaya contra la Tuberculosis, Escuela de Nurses, Bonne Garde, etc.

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