CONAMU

CAMM - Presentación: Profesora Silvia Tron

Es imprescindible reflexionar en profundidad sobre el tema de la condición femenina para comprender la realidad -la complejidad- de la problemática de la violencia contra la mujer. Esta constituve una de las formas. sin duda la más degradante, de la discriminación que sufre. desde siempre, la marginada mitad de la población del planeta.

Es evidente y puede argumentarse que vivimos en una época de violencia que sufre la sociedad entera, pero, además de ello, las mujeres son víctimas de otra, por el hecho mismo de ser mujeres: la violencia sexista.

"Está enraizada en la sociedad y atañe toda nuestra vida cotidiana en sus múltiples formas: las agresiones sexuales implícitas en los gestos y comentarios obscenos, a los que estamos expuestas en público, los malos tratos en los ámbitos privado y laboral, las palizas domésticas, la violación sexual, la denigrante imagen que de nosotras transmiten la publicidad y la pornografía. Estas formas v otras tienen como característica que están referidas a nuestro cuerpo, a nuestro sexo, considerado como objeto." (1)

Partiendo de esta situación dada,que mantiene la ideología patriarcal, aún en estos tiempos en que la mujer ha ido conquistando un lugar definido en el mundo, se pueden confirmar planteos de una dura realidad, referidas principalmente al ámbito reducido del hogar.

Es la opinión de los expertos uruguayos que analizan la temática. como lo hace el Dr. Miguel Langón.

"Con grafismo insuperable Murray Stralis afirma que para mucha gente la licencia matrimonial corno licencia para golpear a su mujer. Los estudios comparados y las investigaciones que hemos realizado nosotros, dentro de nuestras posibilidades indican con insistencia que hay más posibilidades. de ser golpeados o muertos por un miembro de la familia y en el caso de las mujeres, por parte de su esposo o su pareja, que por extraños, así como que el nivel de violencia de un país debe buscarse más en el seno del hogar, en la familia, que en la calle. Los crímenes domésticos ocurren generalmente en la soledad, en el silencio y la indefensión de las paredes del hogar, al punto que se ha señalado que la violencia familiar es tan fuerte como el amor y el afecto". (2)

La violencia es un problema que concierne a toda la familia, a toda la sociedad. Aparece en todas las capas sociales, en todos los países, ricos o pobres, independientemente de la religión, el tamaño de la tamilia, el medio urbano o rural. Por lo tanto parámetros sociales como las condiciones de vida desfavorables, el desempleo, el alcoholismo, el divorcio, la urbanización, la vivienda, el aislanúento pueden ser factores indicativos. Los aspectos culturales como las ideas, las normas y reacciones referentes a las formas violentas de comunicación entre los individuos revisten una importancia crucial.

Estas conclusiones del Coloquio del Consejo de Europa sobre Violencia Familiar conducen a establecer principios que inspirarán políticas destinadas a la prevención de esta violencia.

1. La necesidad de una toma de conciencia colectiva de parte del conjunto de la sociedad llevando a que cada uno reconozca el carácter inaceptable de la violencia, tanto en el seno de la familia como en la sociedad en general. Los hombres, particularmente, deben desarrollar la responsabilidad, individual y colectivamente, de poner término a la violencia masculina dirigida a las mujeres, los niños y las personas de edad como sectores más vulnerables. Es de la mayor importancia para diseñar políticas y para la prevención de no respaldar la tendencia de los hombres violentos a encontrar excusas a su comportamiento.

2. La promoción de un estilo no violento para solucionar conflictos y de todo lo que pueda disminuir el abuso de poder.

3. El alivio de las presiones socio-económicas sobre la familia.

4. La democratización de la familia, que implica el respeto de los diferentes integrantes de ella, considerados como individualidades de iguales derechos y la participación en las tareas hogareñas.

..Acciones en el Uruguay..

Una nueva forma de enfocar y tratar el tema de la violencia en contra de la mujer en el Uruguay, culminó con la creación de la primera Comisaría de Mujeres en Montevideo, nacida de una iniciativa del Consejo Nacional de Mujeres que desde hace varios años bajo la presidencia de la Prof. Ofelia Machado Bonet, luchó por instaurar un sistema especializado en el tratamiento del problema. Recogida a nivel oficial por el Ministerio del Interior, durante la gestión del Dr. Antonio Marchesano, se concretó el 18 de agosto de 1988, con la resolución del Jefe de Policía de Montevideo. Esta Comisaría, con jurisdicción departamental, integrada exclusivamente por personal femenino, se inauguró el 25 de diciembre de 1988, Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.

La Comisaría de Mujeres tiene el cometido de investigar y esclarecer los hechos perpetrados contra personas del sexo femenino así como la detención de los responsables y el sometimiento a la Justicia en los siguientes casos:

1) Delitos contra las buenas costumbres y el orden de familia y dentro de éstos específicamente los delitos de: rapto; violación; corrupción; proxenetismo; estupro; incesto y ultraje público al pudor.

2) Delitos contra la libertad y dentro de éstos específicamente los de privación de libertad; violencia privada y amenazas.

3) Delitos contra la personalidad física y moral y específicamente dentro de éstos, los de lesiones ordinarias; lesiones graves y gravísimas.

4) Faltas contra la moral y las buenas costumbres y dentro de éstas las faltas entre las que se destacan la galantería ofensiva; la venta, circulación o exhibición en lugares públicos de materiales gráficos contrarios a la decencia pública.

Hay que destacar que se excluyen delitos como el homicidio, hurto, rapiña, delitos económicos, salvo que se cometieran en concurrencia con alguno de los delitos comprendidos en la competencia de la Comisaría de Mujeres, en cuyo caso ésta asume la responsabilidad de la totalidad de las actuaciones. Una lamentable exclusión: la referida a delito de homicidio cuando la víctima es una mujer, pues limita el campo de acción de la Comisaría, precisamente en uno de los casos delictivos más graves y que provoca conmoción en la sociedad por las circunstancias generalmente muy particulares en que se producen los homicidios contra personas del sexo femenino.

Actualmente la Comisaría cuenta con un equipo profesional de psicólogas y asistentes sociales, que complementan la tarea de las funcionarias policiales; ha cambiado su denominación por Comisaría de la Mujer y la Familia.

Para profundizar el diagnóstico y estudio sobre el tema, el Consejo Nacional de Mujeres organizó un Grupo de Apoyo a la Mujer Maltratada que trabajó desde febrero de 1988 en reuniones periódicas de reflexión y planificación, integrado por un equipo multiprofesional, coordinando acciones con distintos organismos de gobierno y no gubernamentales. De este análisis surgió la urgencia de instalar, como segunda instancia, un Centro de Asistencia.

Se realizaron jornadas de consulta e información: una abogada del grupo viajó a San Pablo para conocer in situ la experiencia de la Comisaría de Defensa de la Mujer dirigida por la Dra. Rosemary Correa y acciones paralelas de asistencia; conjuntamente con el Instituto de la Mujer se organizó un Seminario con expertas argentinas en Montevideo, la Dra. Leonor Vain y la Psicóloga Cristina Villas. Se realizó el primer diagnóstico sobre el tema en Uruguay, con la colaboración de UNESCO, estudiando 328 casos denunciados en comisarías, defensorías y centros comunitarios.

El Ministro de Salud Pública, Dr. Raúl Ugarte, apoyó la creación del Centro de Asistencia, ofreciendo un local para su funcionamiento así como personal administrativo, que trabaja junto al equipo voluntario de profesionales, desde el 4 de mayo de 1989, en el Centro Materno Infantil Maciel, ubicado en plena Ciudad Vieja, área conflictiva desde el punto de vista social.

En junio de 1993 se firmó el Convenio con ese Ministerio, cediendo el local por diez años, para el funcionamiento del Centro, bajo la supervisión del Consejo Nacional de Mujeres, es justamente sobre esta experiencia que trata esta publicación, con trabajos de profesionales integrantes del equipo de expertas.

El Consejo Nacional de Mujeres ha seguido su acción de discusión y difusión de la problemática, participando de encuentros y seminarios dentro y fuera del Uruguay.

Se han multiplicado los programas de ONG de mujeres en nuestro país referidos a asistencia y tratamiento: hoy existen en Montevideo 11 grupos que trabajan en el tema y se ha integrado la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual, afiliada a la Internacional.

Asimismo, se instalado, en octubre de 1992, a nivel de la Intendencia Municipal de Montevideo y a través de un plan diseñado por la Comisión de Mujeres de ese organismo, el Servicio Telefónico de Apoyo a la Mujer Víctima de Violencia.

La Comisión Especial de la Condición de la Mujer de la Cámara de Diputados ha trabajado activamente sobre la problemática durante dos años, investigando y analizando soluciones; finalmente, en la última Rendición de Cuentas se aprobó, con fecha del 14 de octubre de 1993 la creación de un Programa de Prevención de la Violencia y Rehabilitación de sus víctimas. Un amplio planteo que contempla el amparo integral de las víctimas así como la recuperación del victimario.

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