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CAMM - Balance de la Experiencia: Dra. Gabriela Jardi Abella

Según un reciente artículo de un diario de nuestra capital "el Servicio de Paz y Justicia ha publicado su quinto informe anual sobre el estado de los Derechos Humanos en el Uruguay hasta octubre de 1992". De él extractamos los siguientes conceptos: "Dentro del derecho a la igualdad y a la no discriminación setrata el tema tan actual como es el de la coacción física mental ejercida sobre la mujer uruguaya". "Si se suman todas las denuncias y procedimientos realizados en las 25 comisarías de Montevideo, las agresiones superan ampliamente las 1430 denuncias totales del año pasado. El incremento no fue sólo numérico sino también en la gravedad de los hechos". Se aduce que la discriminación sexual es un problema trivial que atañe solo a cuestiones culturales o privadas, y no que es un problema político que requiere gran atención a nivel gubernamental. La gran cantidad de. denuncias sobre agresiones, violaciones, amenazas y muertes que sufren las mujeres uruguayas, demuestran el error de concepto y permite afirmar que ser mujer es un factor de riesgo".

El CAMM funciona en el Centro Materno Infantil ubicado en la calle 25 de Mayo 183, y desarrolla tareas de asesoramiento, asistencia y apoyo a la mujer víctima de violencia.

Un equipo voluntario formado por abogadas, sicólogas, y asistentes sociales, atiende en forma ininterrumpida desde su fundación de lunes a viernes de 13 a 16 horas.

En los cuatro años transcurridos y a pesar de lo reducido del horario, se han atendido 376 consultas de mujeres víctimas de situaciones de violencia doméstica provenientes no sólo de Ia Ciudad Vieja sino de todos los barrios de nuestra ciudad.

Del análisis de los antecedentes obtenidos a través de la atención de estos casos y de los datos recabados en las fichas se ha podido recoger una importante experiencia humana que facilita un acercamiento al problema.

I) RELACIÓN DE LA VICTIMA CON EL AGRESOR

En un 74% de los casos examinados el agresor es el marido o concubino, siguiéndole en orden de incidencia el grupo formado por los ex-maridos o exconcubinos con un 11 % del total.

El resto de las agresiones son atribuibles al grupo formado por lo hijos que representa un 5% de las consultas; otros familiares con otro 5%; y el grupo formado por otras personas no familiares que representa el restante 5% del total de los casos examinados.

Estos datos respaldan la hipótesis de Murray Davis que "indica que hay más posibilidades de ser golpeados o muertos por un miembro de la familia y en el caso de las mujeres, por parte de su esposo o pareja, que por extraños".

II) ESTADO CIVIL

En un 60% de los casos la víctima y el agresor se encuentran unidos por el vínculo matrimonial lo que corrobora la hipotesis que para un número considerable de hombres el establecimiento de dicho vínculo representa la adquisición de un derecho de propiedad sobre la mujer. Esta creencia es alimentada por las pautas culturales que dan por sentado que la violencia contra la mujer es un asunto privado y personal de los cónyuges.

III) EDAD DE LA AGREDIDA

Se detecta problemas de violencia a todas las edades. Del estudio realizado surge la siguiente distribución porcentual en lo que refiere al tramo etario y su relación con la cantidad de consultas atendidas.

TRAMO ETARIO........................................PORCENTAJE

Menores de 20 años...................................11%

21 a 30 años..............................................22%

31 a 40 años .............................................31%

41 a 50 años..............................................19%

51 años o más...........................................17%

Es destacable que un 33% de las consultantes son mujeres menores de 30 años, confirmando el concepto generalizado que las nuevas generaciones tienen una nueva visión más igualitaria del rol que a la mujer le cabe desempeñaren la sociedad, y por lo tanto se encuentran en mejores condiciones sicológicas para realizar la denuncia.

IV) LAS AGRESIONES

Para este trabajo se ha tomado el término violencia sobre la mujer en un sentido restringido, centrando nuestra atención sobre la violencia doméstica que se puede definir como un acto cometido dentro de la familia, el cual se expresa mediante golpes, abuso sexual, asesinatos, abuso emocional, degradación psicológica, humillación verbal, reclusión, continuas amenazas de abandono y agresiones, chantaje económi­co, calumnia, situaciones todas estas que llevan a la destrucción de la personalidad por la pérdida de su autoestima, temores, neurosis y falta de motivación. Dentro de este concepto se analizó separadamente lo que es violencia física y lo que es violencia moral o sicológica.

Del examen de los casos resultó: que sólo un 19% de las agresiones son de carácter moral (debe tenerse en cuenta que en muchos casos la agresión moral o psicológica es más cruel que el daño físico y que por tanto deja huellas mucho más profundas en la siquis de la víctima que la violencia física) en oposición al 81% de los casos en los cuales se dan tanto la agresión moral como física, con predominio de este último tipo de violencia. Esta llega a extremos como en el caso de tres consultantes que fueron gravemente heridas con armas de fuego.

V) INGRESOS DEL NÚCLEO FAMILIAR

¿La dependencia económica de la mujer incide en que ella soporte el maltrato por un lapso más prolongado?. Esa fue la hipótesis planteada.

Dividimos los 376 casos en diferentes grupos de acuerdo a la cantidad de años de maltrato soportado y pudimos constatar lo expresado en el siguiente cuadro:

AÑOS DE MALTRATO, Ingresos de la agredida, Ingresos del agresor, Ingresos de Ambos.

A) 30 años o más...33%...33%...34%

B) 20 a 30 años...27%...32%...41%

C) 10 a 20 años...21%...29%...50%

D) 2 a 10 años...32%...33%...35%

E) 1 a 2 años...31%...29%...40%

F) menos de un año...45%...23%...32%

En el grupo A (30 años o más de maltrato) notamos que hay un equilibrio entre los diferentes tipos de ingresos y que en un 33% de los casos estos corresponden a la víctima.

Creemos que estos datos no reflejan un "acostumbramiento" por parte de la consultante a los malos tratos, sino que consideramos lógico hipotetizar que este grupo ha demorado tanto tiempo en denunciar debido a que hasta hace muy pocos años, este tema no era debatido en ámbitos públicos y por tanto no existía una conciencia social ni individual de la problemática. Debe tenerse en cuenta que centros como el nuestro funcionan desde hace pocos años, y por tanto la mujer no tenía hasta entonces un lugar al cual acudir en busca de soluciones más allá de la denuncia policial.

En los casos en que solo se han soportado meses de maltrato sin llegar al año el porcentaje correspondiente a ingresos de la víctima se eleva a un 45%, lo que hace suponer que al no depender económicamente la mujer del hombre al comenzarlos malos tratos, ella se encuentra más dispuesta o en mejores condiciones para tratar de solucionar el problema, aunque ello conlleve la ruptura de la relación de pareja.

El porcentaje más alto de ingresos de ambos se da en el grupo C (entre 10 y 20 años de maltrato, 50%) lo que permite deducir dada la coyuntura económica del país que si bien la mujer no depende de forma total de su pareja, tampoco le es posible afrontar sola esta situación. En la mayoría de los casos son mujeres cuyas edades oscilan entre los 30 y 45 años y por tanto es común que tengan hijos a su cargo, lo cual puede incidir en el hecho que sigan tolerando esa situación.

Consideramos que en los casos en que se han soportado más de 20 años y hasta en algunos casos 40 años de maltrato, no influye la dependencia económica que pueda existir, sino que se deberá trabajarse más profundamente desde un punto de vista sicológico. Tantos años de maltrato han llevado a una desvalorización sicológica de la propia imagen hecho agravado por el peso de las pautas sociales y culturales que acentúan sentimientos de temor, vergüenza, culpabilidad, inseguridad, y un estado de indefensión aprendida.

VI) NIVELES DE EDUCACIÓN

Como forma de evaluar si el fenómeno de violencia afecta a todos los sectores de la sociedad, examinamos la variable educación constatando lo siguiente: sólo un 2% de las víctimas son iletradas; un 17% cursó primaria incompleta; un 27% primaria completa; 29% enseñanza secundaria; 9% estudios universitarios (24 casos); 14% Universidad del Trabajo; 2% otros estudios.

La educación del agresor (salvo casos aislados) se encuentra en concordancia con la educación de la agredida, por tanto podemos concluir que la violencia afecta por igual a todos los sectores sociales y culturales. Subrayamos que siendo nuestro Centro de Asistencia gratuito la gran mayoría de las mujeres con altos recursos no acuden a él, sino que solicitan la ayuda de profesionales en forma particular.

VII) LOS MOTIVOS Y/O DETONANTES DE LA AGRESIÓN

En cuanto a los motivos y/odetonantes de la violenciaun sorprendente 65% engloba a los problemas económicos, alcoholismo y en menor medida a las drogas (casos que se dan exclusivamente en las franjas de menor edad); el restante 35% está referido a la infidelidad (muchas veces del agresor), discusiones domésticas, embarazo, problemas con los hijos, celos, etc.

VIII) MOTIVOS DE CONSULTA

Un 8% de las consultantes desea recibir asesoramiento legal sobre cómo realizar la denuncia y qué repercusiones va a tener la misma en su vida y en la del agresor.

Un 24% de las consultantes desea solucionar problemas jurídicos relativos a la separación, divorcio, incidente de retiro del marido del hogar, o problemas relativos a los bienes habidos durante esa unión; en un 11 % de los casos solicitan asesoramiento sobre pensión alimenticia, tenencia, guarda de los hijos y pérdida de la patria potestad; sólo un 5% desea solución a sus problemas de vivienda o trabajo.

El restante 52% busca un apoyo sicológico u otro tipo de ayuda.

La experiencia detallada en el tratamiento de los 376 casos atendidos, nos indica un camino a seguir en cuanto a los medios más efectivos para la solución de este problema.

En primer lugar la difusión y educación, a todo nivel y por todos los medios disponibles para lograr rápidamente y lo más masivamente posible una toma de conciencia colectiva sobre el tema y que la mujer en especial, se informe sobre los derechos y los recursos que pone a su disposición la ley.

Debe tenerse en cuenta que de nuestro trabajo en el Centro, resulta que en un 40% de los casos, el motivo de la consulta, es algún tema relativo al Derecho de Familia, y que hemos podido comprobar en los hechos que las mujeres tienen un desconocimiento casi total con respecto a ello, sustentado por falsas creencias que las hace, en la práctica, rehenes de situaciones jurídicas que las llevan a soportar los malos tratos.

Considerando lo anteriormente expresado creemos que la tarea de información a realizar no debe sólo dirigirse a la difusión de los recursos que pone la ley a disposición de la mujer en caso de violencia, sino que es necesario también difundir nociones relativas al Derecho de Familia que informen plenamente a las mujeres de sus derechos y obligaciones como integrantes de la sociedad. Estas nociones abarcarían tanto el vínculo matrimonial, el reconocimiento de hijos naturales y sus consecuencias jurídicas, así como normas relativas a pensión alimenticia, bienes gananciales y pérdida de la patria potestad.

Asimismo debe seguirse trabajando activamente para erradicar la violencia sexista que se sufre por el sólo hecho de ser mujer y que constituye el principal factor, y el mayor obstáculo a vencer al elaborar medidas en materia de educación, de prevención y asistencia. Ya que son los mitos y estereotipos que existen en cuanto al rol que a la mujer y al hombre les corresponde desempeñar en la sociedad, son los puntos claves tanto para el planteamiento como para la solución del problema.

Desde el punto de vista legal se debe informar a la población concientizándola en el hecho que la discriminación sexista constituye una violación de los Derechos Humanos de no menor importancia que la discriminación racial.

En segundo lugar y teniendo en cuenta como dice Murray Stralis (2) "que el nivel de violencia de un país debe buscarse más en el seno del hogar, en la familia que en ¡acalle" y, considerando que sólo un pequeño porcentaje de mujeres se "atreven" a realizar la denuncia (58%), estudiar la posibilidad de realizar una reforma de la ley pena¡ que modifique el hecho que tanto el traumatismo, las lesiones ordinarias, las lesiones culposas graves, como algunos de los delitos comprendidos en el Título X del Código Penal que son perseguibles actualmente sólo mediando denuncia del ofendido, se convirtieran en delitos perseguibles de oficio por el Estado, para que este pueda velar en forma más eficaz por la seguridad de la sociedad toda.

En tercer lugar y siguiendo la experiencia de Costa Rica, crear una Defensoría de la Mujer cuyo objetivo entre otros deberá ser velar por que se cumplan las Declaraciones y Convenciones Internacionales ratificadas por Uruguay (ya que en nuestro país y en todos sus ámbitos decididamente no se respetan en su totalidad).

En cuarto lugar deben crearse refugios que estarían destinados a los casos más críticos de alto riesgo. Estos deberán recibir a las mujeres golpeadas (y a sus hijos) para que ellas gocen de una seguridad que les permita reflexionar y realizar una tarea de revalorización de su propia imagen.

Estos refugios significan un espacio de reunión con otras mujeres, que les permite a las víctimas compartir experiencias y replantear cambios, contando con todo el asesoramiento y tratamiento necesarios para cada caso.

Estas serían las medidas imprescindibles y urgentes a tomar, considerando muy importante seguir desarrollando en todos los ámbitos tareas de investigación apropiadas que permitan conocer más a fondo este problema social.

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